19 febrero 2021

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En los últimos tiempos cada vez es más usual escuchar distintas opiniones respecto a si llegaremos a un momento en el que, cual mundo distópico de ciencia ficción, la inteligencia artificial relegará a los humanos o incluso controlará el mundo entero.

Además de no considerar otros escenarios, tal debate tiene una falla en su planteamiento: considera que la inteligencia artificial es una potencia ajena al ser humano, cuando en realidad surgió a partir del trabajo y la investigación científica que muchas personas han realizado durante el último siglo. La inteligencia artificial es una extensión de la inteligencia humana.

Dos cabezas piensan mejor que una

El trabajo colaborativo entre la inteligencia humana y la inteligencia artificial no es nuevo pero sí se ha sofisticado conforme hay más avances tecnológicos. Pensemos, por ejemplo, en las aplicaciones que muestran el tránsito vehicular en tiempo real; su funcionamiento resulta eficaz gracias a los automovilistas que la alimentan al compartir su geolocalización mediante el GPS de sus dispositivos móviles.

La inteligencia artificial colaborativa es desable y posible si a cada parte del equipo se le asigna una tarea acorde a sus capacidades. De ese modo, mientras las máquinas discriminan una gran cantidad de información en tiempos muy breves, el ser humano tiene las habilidades cognitivas necesarias para discernir al respecto de esa información: qué trascendencia tiene, cómo se puede mejorar, bajo qué contexto se da, si es ética o no, cómo se puede innovar y qué se puede crear a partir de ella.

Ahora bien, existen casos concretos, como el de la compañía Neural Actions, en el que la inteligencia artificial ya logra simular acciones neuronales para generar una especie de sinapsis y de ese modo analizar y procesar, en ese mismo instante, la información propuesta por varias personas. Esto es sin duda una gran noticia en el aspecto laboral, ya que la IA puede contribuir a mejorar la productividad individual y colectiva.

Neural Actions es una compañía especializada en redes de información y conocimiento. Su objetivo es crear soluciones en las áreas de la educación, el ocio, los recursos humanos y la salud, orientada a la terapia cognitiva para combatir los efectos del Alzheimer, específicamente en la pérdida de los recuerdos.

De hecho, las computadoras cada vez son más autónomas: ya que no sólo recopilan información, ahora también pueden realizar abstracciones que les dan la posibilidad de crear significados. Es así como se han convertido en mediadores entre nosotros y el mundo, además de modificar la forma en la que convivimos y conocemos al otro. Esto nos indica, como ya lo mencionamos en un artículo anterior, que debemos estar al pendiente de los perjuicios que en algún momento puede acarrear el uso de la IA en la vida cotidiana.

Automatización sí, autómatas no

En el proceso inminente de reinvención laboral, las compañías optarán por automatizar sus procesos productivos para no rezagarse frente a sus competidores. Esto significa que tanto su concepto como su visión de equipo de trabajo se modificará para incluir a los trabajadores digitales, que podrían ser personas, computadoras, robots o cualquier ente que sea capaz de pensar y ejecutar tareas.

En el aspecto comercial, la era en ciernes de la automatización y la inteligencia artificial ofrecerá procesos de intercambio de mercancías (físicas o virtuales) con mayor velocidad y precisión. Esto tendría que encaminarse para que los trabajadores humanos se encarguen de las actividades más importantes, aquellas que precisan de distintos momentos de concentración, empatía, cariño y reflexión.

Por más artificial que sea una inteligencia, necesita materializarse en un soporte y resguardarse en algún dispositivo. Por ende, la fuerza de trabajo humana siempre será necesaria; en todo caso, lo que cambiará será el tipo de labores que debamos desempeñar, las cuales podrían ser más especializadas.

De cara al futuro, las capacidades desarrolladas por los cerebros artificiales tienen que ser parte de un plan de acción mundial que permita complementar y aumentar las capacidades humanas, no desdeñarlas ni hacerlas inútiles.

¿Qué opinión te merece la inteligencia artificial? ¿Crees que se le debe poner límites? ¿Consideras que tiene más ventajas o desventajas? Comenta en el espacio de abajo y suscríbete a mi blog para conocer más sobre inteligencia artificial para empresas, además de otros temas de innovación y tecnología científica aplicada a los negocios.

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